prologo

Los soñadores compulsivos son aquellos que han logrado ir por la vida manteniendo con gran cintura el precario equilibrio entre la realidad real y la virtual, sin que ninguna le joda a la otra. Este espacio fue creado para drenar la testa de una de estas cabezas de chorlito, porque, como dijo el poeta:
"Qué lindo que es soñar, y no te cuesta nada más que tiempo"

martes, noviembre 30, 2010

Películas con olor a tipo

Antes que nada, ¿Recuerdan lo cruel que puedo llegar a ser? Me quedó la duda, no podía ser que no hubiera, y fui a averiguar si podía salir indemne de mi discurso superchamuyero y… Fíjense que sí :). No sea cosa que al Marqués le de por sacarse la espinita que le he clavado (que ya anda con ganitas) y se mande de una y sinmigo (ahí no hay vendetta, ahí directamente LO-MA-TO, al resto del mundo puede ir solo o acompañado por quien se le cante), qué joder.

Hecha la aclaración, arrancamos: todo comenzó con una injusticia, cometida para reparar otra injusticia. Me refiero, en concreto, a los Oscar: ¿Alguien me puede explicar en qué sentido “The hurt locker” (bodrio infumable proyanqui) es mejor película que “Sector 9” (simbiosis de apartheid y ciencia-ficción) o “Avatar” (una patada en la retaguardia de la invasión a Irak)? Y eso son sólo las que yo vi (¿“Preciosa”? dejame de joder, para amarga ya está la vida). Además, la dirigió una mujer, putéenme si quieren, pero la ecuación mina+película de guerra no me cuadra: ¿Alguien vio “K-19, el hacedor de viudas”? ¿Saben quiénes protagonizaron “Valor bajo fuego”? Con una mano en el corazón... ¿les gustó “G.I. Jane”? Si respondieron “no”, ya me comprenden, si tuvieron que googlear, también. Yo tengo mi teoría: tenían que reparar el haberle dado a Titanic (del mismo director de “Avatar”) la estatuilla que no merecía (rubros técnicos nadie discute, incluso mejor director, pero usar tamaña cantidad de excelentes recursos al servicio de una historia pedorrísima fue, como mínimo, pecado), arrebatándosela años después (el circo despiadado de Ben Stiller fue innecesario, fue patear a alguien que estaba en el piso, a sabiendas. Cero gracia nos hizo al Marqués y a mí). Ahora bien, dejemos de lado a James Cameron porque la intro ya es larguísima, yo no soy Axl Rose y esto es un teclado de computadora, no un piano de cola. Y yo estaba pensando en otra injusticia cinematográfica:

jueves, noviembre 25, 2010

“Vacaciones” se escribe con V de Vendetta

Yo no se qué ha pasáu, si me desapareció el fondo o qué, después de la reparación de mi máquina, no lo veo. Buah, más tarde lo cambio, ahora a lo que vine.
Ayer, finalmente, tuve una salida de vacaciones (y colijo que será la única que tendré: gasté la primera semana yendo de acá para allá llevando a reparación mis aparatos, y usaré la tercera para trámites que incluyen a Casper que, dicho sea de paso, está que le rechifla el moño, pero eso es otra historia). Me levanté tempranito, preparé los pertrechos de madre e hijo. Padre no quiso ir y no me animé a una aventura “just us” y convoqué a mi mami, y en cuanto arribó, rajamos.
Fuimos derechito a la terminal, y como teníamos bien claro a dónde queríamos llegar, creímos que esta vez zafaríamos de un viaje largo, tortuoso e interminable, como todas las otras veces... error. Nos tomamos el primer ómnibus que salió, porque “total, estamos paseando”... craso error. Nos dejó bien lejos de nuestro destino y decidimos pedir indicaciones a la gente... gravísimo error. Para hacerla  corta, después de dos subtes, un tren mal tomado (gracias, boletero, ¬¬) un colectivo con un cartel que dice que va y NO VA (el 71) y otro colectivo tomado en la Panamericana, cuatro horas después de salir, llegamos... para descubrir que el bondi que no habíamos querido esperar al principio nos dejaba en la puerta. Elegimos reírnos. El paseo en sí fue maravilloso. Si hay un lugar al que ir, engordar los ojos y dejar el sueldo, ese es. Mi devoción por las construcciones ayudó a que se me piantara un lagrimón. A la hora de partir creí que tendrían que despegarme de la puerta con una barreta. Pero había que volver.
Y yo sabía lo que me esperaba en casa: el Marqués tiene un talento especial para echar a perder con su cara de culo cualquier final de día en que una hizo algo para sí misma, paseo o lo que fuese, y ayer no fue la excepción. Además, antes eran sus celos, ahora parece haber encontrado en Casper la excusa perfecta para fastidiar: “que seguro que no comió, que seguro que estuvo al sol, que seguro que lo descuidaste”. (A Seguro se le llevaron preso y a vos te voy a llevar de vuelta a lo de tus papás, sabelo). Anticipándome, hice público que a la noche le sacudiría una piña en la nuca. Y lo hice, y he aquí la razón del título. Bueno, no literalmente, no porque le tenga miedo (¿no es obvio que no?), sino porque a ver si todavía lo golpeaba mal, ¿cómo lo convencía de llevarlo a la guardia? Así que como mala, mala que soy, le di donde realmente le dolería: Hace un rato ya que el señor anda soñando con la Play 3. Y estamos jugando al tetris con las finanzas para poder hacerlo realidad. Así que, una vez arropadito, le solté la trompada:
“Había una tienda Sony” (chamuyo, si había no la vi, y si la vi no la recuerdo) 
Punch...
“Tenían todo armadito, la Play 3 con un Bravia y todo, no sabés qué lindo se ve” (podía seguir inventando, total, no quiso ir)
Paf, paf, punch...
 “Y casi me vuelvo con una tarjeta de crédito. Me daban 20% de descuento en las primeras compras” (eso es verdad, pero a esta altura, ¿qué importa? igual le mostré el folleto)
Punch, punch, paf, paf, punch, punch!
No dijo nada, sus ojos desmesuradamente abiertos hablaron por él. Me dormí como una marmota, hubo una pausa para atender a Casper y luego me desperté y me encontré con el desayuno preparado. Sí, ni yo lo creía.
Que siga soñando. Y yo también. Ya nos volveremos a ver. Mientras tanto, he aquí una foto del paisaje

Eso sí: la próxima voy en auto.